Influencia de China

10/01/2023

A los chinos les debemos inventos como la brújula, la pólvora, el papel y la imprenta. Sin el papel y la imprenta quizá todavía estaríamos viviendo en la Edad Media. Sin la pólvora, aún con todo el daño que ha causado, nuestra sociedad podría ser todavía feudal, y grandes obras como el Canal de Panamá jamás se habrían podido realizar. Sin la brújula marina la era de los descubrimientos podría no haber llegado nunca.

Brújula marina

En el siglo IV a. C. las conquistas de Alejandro Magno acercaron a los europeos a Asia Central, y la comprensión de los vientos monzónicos permitió a los romanos navegar regularmente hasta la India. El comercio de Bizancio y las caravanas de los monjes nestorianos conectaron de forma regular el mundo mediterráneo con las grandes rutas de Asia Central.

Desde finales del s. XII y en el marco de las Cruzadas, los latinos empezarán a tomar consciencia de que estaban en un rincón del mundo y de que en el Extremo Oriente existía una civilización más importante que Europa en cuestiones de riqueza, población y tamaño de las ciudades. Mandarán emisarios tanto para buscar aliados en la retaguardia del islam como para establecer lazos comerciales.

Impacto del pensamiento chino en la Ilustración europea

El Renacimiento reintrodujo en Europa la autoridad de los clásicos griegos y romanos, la cual rompió con la hegemonía de la Iglesia y amenazó la idea de la Revelación (y con ella la idea de identidad de la religión y de las ideas). Sin embargo, los europeos no habían encontrado ningún sistema moral comparable al del cristianismo.

En 1601 llegaron a Beijing dos jesuitas europeos, el italiano Matteo Ricci y el español Diego de Pantoja, y pudieron establecer un puente intercultural que duraría cerca de un siglo. Los jesuitas tradujeron al latín obras canónicas del confucianismo, que fueron más tarde difundidas en Europa y que causarían gran impacto en el pensamiento de intelectuales de la Ilustración: Leibniz, Voltaire, Montesquieu, Quesnay. Empezó la chinoiserie, una época en que la imagen de China en Europa era totalmente positiva.

Con el descubrimiento del pensamiento chino, los intelectuales europeos descubrieron un sistema ético-moral que había producido un impresionante código de prácticas sociales y morales, y que había resistido dos mil años.

Este descubrimiento apareció en un momento en Europa en el que una nueva concepción de la Naturaleza intentaba desplazar la doctrina de la Revelación. En Europa ya existía la idea de “hombre honesto”, que tenía muchos puntos similares al “hombre superior” confuciano. La idea de una Religión Natural se habría desarrollado sin la aparición de China; lo verdaderamente importante era la prueba de que la Religión Natural proporcionaba un sistema social viable. 

La influencia china radica no en la idea de la existencia de una sociedad sin religión, sino en la prueba de que ésta podía funcionar.

Algunas de las grandes herencias de la Ilustración, como el despotismo ilustrado, la función pública basado en méritos propios (los burócratas de la China imperial eran llamados «Mandarines», de ellos proviene el término «chino mandarín») y el concepto de laissez-faire del mercado libre tienen sus orígenes en el modelo chino. 

La chinoiserie duró hasta mediados del siglo XVIII, al caer el poder de los jesuitas y emerger con fuerza el poder de la East India Company, la cual simbolizó el inicio de las agresiones imperialistas en Asia por parte de potencias occidentales. Para los pensadores de la tardo-ilustración, como Hegel, Kant o Marx, la imagen de China ya se había convertido en algo negativo, aplicándosele la metáfora del “hombre enfermo de Asia”. Se inició una construcción social de la realidad con el fin de justificar las agresiones militares y la colonización parcial de China por parte de los poderes imperialistas de Europa, EE.UU. y Japón.

Sinófilia (1600-1750) y sinofobia (1750-1800) en Europa. Cuadro de elaboración propia.

Bibliografía