En el pensamiento chino existen tres grandes tradiciones filosóficas: el confucianismo, el taoísmo y el budismo. Anterior a estas tradiciones encontramos la cosmología china, con conceptos tan importantes como el Qi, el Yin y el Yang, el Dao, los Wu Xing (cinco elementos), y el Zhong (el Medio).
Confucianismo, taoísmo, budismo
El confucianismo es un sistema ético y cívico, que enfatiza el control social del pueblo por parte del gobernante y el autocontrol del individuo para mantener el orden y la paz.
El taoísmo es más individualista y aboga por el no intervencionismo, por el libre fluir de las cosas tanto a nivel social como a nivel natural siguiendo las Leyes de la Naturaleza, y por un mundo espiritual que permita la trascendencia y la libertad.
El budismo logra llegar al corazón de las masas porque incorpora un mensaje de compasión y de consuelo al sufrimiento humano, del que carecen las otras dos tradiciones.

Los “ismos” son prácticos para dar una visión general, pero suelen enmascarar la realidad. Confucianismo, por ejemplo, es un neologismo occidental sin equivalente en lengua china, que habla de la Escuela Letrada. Confucio vivió entre los siglos VI y V antes de Cristo, e igual que Sócrates jamás dejó nada escrito. Enfatizaba una serie de valores como la cultura del esfuerzo, la educación, la solidaridad familiar y la jerarquía para mantener el orden social.
Confucio no era un defensor del autoritarismo, simplemente una persona que vivió durante toda su vida en época de guerra, y pensó que solo un gobierno autoritario y una sociedad muy jerárquica podrían asegurar la paz social. En realidad, confucianismo es la belleza del equilibrio: realización, plenitud, búsqueda de la armonía en relación con los demás y con el mundo. Todo esto desapareció cuando el pensamiento confuciano se instrumentalizó al servicio del imperio centralizado en el siglo III antes de Cristo, ya que al gobierno le interesaba sobre todo la idea de jerarquía y de autoritarismo.
Cosmología china
Se remonta al tercer milenio antes de Cristo y es la base del acervo cultural chino: taoísmo, artes marciales, medicina, Qi Gong, Taichi, Feng Shui, horóscopo, alquimia, dietética… en el centro de todos ellos late con fuerza la cosmología china.
El Dao es el camino, el aprendizaje que se obtiene a través de la experiencia y que nos conduce a una existencia plena, correcta. Cada escuela filosófica tendrá su particular visión del Dao. Por ejemplo, para los confucianistas el Dao se encontrará conociéndose a sí mismo y sirviendo de forma altruista a los demás; para los taoístas, el Dao se seguirá actuando de acuerdo a nuestra naturaleza física y psicológica adquirida al nacer, y no mediante métodos artificiales como la educación.
El Qi es un “soplo de vida” que da forma a todo elemento que conforma el universo, unificando así a los humanos con el resto del mundo. No existe un inicio ni un fin del universo, sino que se perpetúa indefinidamente a partir de un único elemento, el Yuan Qi (soplo primordial). Este soplo original nace de la dualidad del Yin y el Yang. El Yin sugiere la ausencia (el vacío), la tierra, la sombra, la vertiente húmeda y fría de la montaña, el sol ocultándose entre las nubes. El Yang representa la presencia, el cielo, la luz, la vertiente soleada de una montaña, el sol saliendo entre las nubes.
El Yin y el Yang están en constante circulación, se expanden y se contraen en un movimiento que es el ritmo fundamental de la vida. El resultado es una visión del mundo como un tejido continuo en constante mutación. Frente al dualismo occidental de suma cero (sí o no, blanco o negro), los chinos prefieren hablar de complementariedad, de coexistencia, de correlación. En la visión china del mundo los opuestos siempre son complementarios, nunca excluyentes.


Los conceptos de 阴 (yīn) y de 阳 (yáng) también se reflejan en el arte chino. El 阴 (yīn) representa «ausencia», y el 阳 (yáng) representa «presencia». Las montañas y los árboles son 阳 (yáng) y se reflejan mediante la presencia de tinta. Las nubes y la niebla son 阴 (yīn) y se representan mediante la ausencia de tinta. La perspectiva del paisaje chino es realista, tal y como se puede apreciar más arriba.
En la teoría de los Wu Xing, los cinco elementos, se cree que madera, fuego, tierra, metal y agua son los elementos fundamentales del universo y sirven para describir las relaciones de las cosas.
Finalmente, la pareja de opuestos complementarios que es Cielo-Tierra genera un tercer elemento, el hombre, situado en el Medio (zhong). El Medio es una fuerza que nos atrae hacia arriba y que nos hace aspirar siempre a la mejor parte de nosotros. Antes de cuidar las ramas (parte superficial de nosotros mismos) más vale cuidar la raíz del árbol que nace de la Tierra y siempre crece hacia el Cielo: nuestra sabiduría, equilibrio, confianza en el hombre y en el mundo.